Inicié mi trayectoria en el hockey a los dos años de edad, impulsada por la fuerte influencia de mi padre y mi hermano, quienes siempre estuvieron involucrados en este deporte. Crecí absorbiendo su pasión por el hockey, siguiendo sus partidos y, naturalmente, terminé abrazando la tradición familiar. Las innumerables sensaciones que experimento durante el juego son verdaderamente indescriptibles. Cada momento en la cancha es una oportunidad única para vivir la intensidad del deporte.
