El hockey sobre patines es un deporte que viene de familia. Empecé a patinar a los 2 años porque mi padre jugaba y desde pequeño quería ser como él. La cultura del hockey en Barcelos es muy fuerte, por lo que es más probable que aprendas a patinar primero y luego a caminar. Lo que más me gusta del hockey es el desafío: no es fácil patinar y seguir manejando el stick y poder tener un perfecto control de la pelota, en pleno swing y equilibrio. Es un deporte que requiere mucha práctica y compromiso en varios aspectos. Este desafío me hizo dedicarme al hockey y de ahí mis sueños de vida y realización profesional pasaron por intentar triunfar en este deporte. Cuando era joven siempre fui un deportista con buena capacidad física para mi edad, lo que me hizo integrarme con deportistas y equipos mayores que yo, y eso fue un gran aliciente porque quería demostrar que tenía valor para estar en ese entorno, aunque es más joven. En mi opinión, el deporte es fundamental en el crecimiento y desarrollo de un niño, nos permite soñar y tener metas y sin duda eso me hizo convertirme en la persona que soy hoy, tanto en el hockey como en mi vida personal.
