Mi interés por el hockey sobre patines empezó desde muy joven con la influencia de mi padre, que era jugador y entrenador. Además, en mi ciudad natal, Sant Hipòlit de Voltregà, el hockey sobre patines es el deporte más practicado y querido por la comunidad, por lo que mi contacto con los patines y el stick siempre ha sido muy grande. Afortunadamente, esta pasión que comenzó desde muy temprano se ha convertido en una realidad y el hockey lo es todo para mí. Logré convertirme en jugador profesional, pero más que una profesión, el hockey es lo que realmente me gusta y me veo haciendo toda mi vida. Gracias a este deporte crecí mucho no solo como jugador, sino fundamentalmente como persona por todas las experiencias y retos que tuve que superar. Sigo con la ambición de subir de nivel y seguir centrado en la máxima demanda posible.
